Síntomas:



Depresión

La depresión es un trastorno mental afectivo caracterizado por la presencia de síntomas como la tristeza, la pérdida de interés y la incapacidad para experimentar sentimientos de placer que se hace crónica en la mayor parte de los pacientes y que evoluciona en episodios recurrentes.
Durante un episodio depresivo típico, el paciente sufre una bajada del estado de ánimo y una disminución de la energía y la actividad. La capacidad para disfrutar, el interés y la concentración también disminuyen. Tras realizar el mínimo esfuerzo, la persona se siente cansada, padece insomnio y pérdida de apetito. Las personas con depresión ven afectadas su autoestima y su autoconfianza y, generalmente, tienen sentimientos de culpabilidad.
Síntomas de la depresión:
La tristeza patológica, también denominada tristeza vital, humor depresivo o humor disfórico, es el síntoma nuclear del síndrome depresivo. Se caracteriza por su cualidad negativa, desagradable, displacentera, difícil de expresar y a veces difícil de percibir, y que envuelve al sujeto y a todo su mundo relacional intra e interpersonal.
La ansiedad, estado de alerta que se experimenta como un miedo intenso sin causa conocida, que puede manifestarse en la impresión subjetiva del paciente como si estuviese esperando algún acontecimiento terrible, acompañándose de fenómenos de inquietud, intranquilidad, desasosiego, desesperación y necesidad urgente de alivio o ayuda.
La irritabilidad se suele caracterizar por la reacción desproporcionada e injustificada ante cualquier estímulo, de forma violenta, denotando una hipersensibilidad morbosa, y a menudo con una actitud huraña por parte de los pacientes y tratando de evitar el contacto con los demás.
La anestesia del sentimiento o la incapacidad de expresar otros sentimientos u otras preocupaciones por su entorno. Los pacientes suelen estar invadidos por una sensación de vacío interior que les impide experimentar interés por las personas que les rodean.
La apatía se ha definido como un estado generalizado de indiferencia que envuelve todo el impulso vital y que se manifiesta por el desinterés en todas las actividades del sujeto.

Ansiedad

Se puede definir la ansiedad como una respuesta emocional o conjunto de respuestas que se manifiestan en cuatro áreas de la persona: cognitiva o de pensamiento, conductual, motora y psicofisiologíca.
Las reacciones de ansiedad pueden ser provocadas tanto por estímulos internos como externos, es decir por hechos ocurridos a la persona, por pensamientos, o por ideas o imágenes mentales que son percibidos por el individuo como amenazantes.
Existe otro tipo de ansiedad, la patológica. Estos mecanismos son patológicos cuando se presentan ante estímulos y/o situaciones mínimos y que no son en si peligrosos, con una intensidad o duración exagerada.
Las respuestas inadecuadas de ansiedad o síntomas se presentan:

  • En su forma de pensar, caracterizada fundamentalmente por la preocupación, la inseguridad, el miedo o temor, la aprensión, pensamientos negativos de inferioridad, incapacidad, anticipación de peligro o amenaza, dificultad para concentrarse, tomar decisiones, sensación de desorganización y pérdida de control sobre el ambiente, dificultad para pensar con claridad.

  • En aspectos fisiológicos o corporales. Ej. taquicardia, sudoración, dificultad respiratoria, rubor facial, náuseas, vómitos, diarreas, molestias digestivas, tensión muscular, temblores, fatigabilidad excesiva etc.

  • En su forma de actuar, que suelen implicar comportamientos inadecuados (movimientos repetitivos o torpes, movimientos sin una finalidad concreta, paralización, tartamudeo, evitación de situaciones etc.).

  • Cuando la ansiedad se cronifica, es estrés. Alerta permanente del organismo. Afecta al sistema inmunológico. Se favorece la hipertensión arterial.


Dolor
El dolor crónico y persistente puede afectar a la vida cotidiana, laboral y social de quien lo padece. El dolor es un mecanismo de defensa para preservar la supervivencia. Sin embargo cuando este mecanismo natural de defensa se desequilibra y el dolor deja de ser un sistema de alarma para convertirse en una molestia continuada, tiene efectos nocivos y perniciosos sobre todos los ámbitos de la vida.